jueves, 14 de julio de 2011

Chele La Pass y Kila Goemba

A las 06:45 suena el despertador, entra poca luz, miro fuera y está nublado y lloviendo. Esta noche he oído rugir al dragón un par de veces. En el desayuno las nubes llegan casi al ventanal del comedor, no se ve el bosque.


La primera sorpresa del día es que nuestros amigos Jorge, Intan y su hija Luna de 3años y medio van a venir con nosotros a la excursión.   


Salimos en una furgoneta más grande y con un pick-up que lleva cinco bicicletas de montaña detrás. Sé que es un día especial y no he querido leerme el programa, prefiero la sorpresa. El hecho de que venga Jorge y su familia indica que la excursión es buena, espero que el tiempo no la estropee.

Vamos a subir al paso de montaña, accesible con vehiculo, más alto de Bhutan el Chele La Pass de 3.988 metros, ganando en unos 40 km un desnivel de 1.800 metros. La carretera, de poco mas de tres metros de anchura, es una infinita sucesión de curvas por un bosque que llega hasta los 3.950. En el Pirineo los árboles no suelen superar los 2.000 metros de altitud.



Al llegar arriba hace frío, está cubierto, esto nos impide ver el Jhomolhari  de 7.314 m  segundo pico más alto de Bhutan y el valle de  Haa  que lleva sólo ocho años abierto a extranjeros.



Como todos los lugares altos el paso esta lleno de banderas de oración que se pierden en la niebla.


Nos hacemos la foto del grupo…” a mal tiempo buena cara”, esto es Bhutan y hay que disfrutarlo en todo tipo de circunstancias.


Vamos a comenzar subiendo un poco hasta superar los 4.000 metros para luego descender por el bosque. La altura se nota y hay que llevar un ritmo pausado para no ahogarse. Jorge, que es un deportista curtido, se pone a Luna en los hombros (16 kg) y empezamos a caminar, tenemos dos  horas de excursión por delante.




Llegamos al punto mas alto de la excursión, a partir de aquí es casi todo bajada por el bosque, que encontramos cien metros más abajo. En cuanto quedamos a resguardo mejora la temperatura




El bosque de pinos y rododendros es tan bonito que nos olvidamos rápidamente de la altura a la que estamos. Hay que hacer paradas para hidratarse y evitar así problemas con la altura





Vemos varios faisanes por el bosque que cada vez parece más espeso y bonito



Filmo unos segundos de video para captar el ambiente del bosque.


Llegamos a un “chorten” desde donde se empieza a ver un monasterio de monjas budistas colgado de la montaña que es nuestro destino. Hacemos un breve descanso antes de hacer la dura subida hasta el monasterio estamos a 3.800 m. y se nota.



Alguna nube va cubriendo la vista del monasterio. Estamos alegres, a pesar de lo mal que estaba el tiempo hemos llegado hasta aquí, quizás las banderas de oración nos han ayudado.


Solo falta subir allá arriba pero antes hay que bajar al fondo de un barranco.

Pasamos al lado de un molino de oración que se mueve con el agua del riachuelo.


La última cuesta y ya estamos en otro mundo. El más fuerte Jorge, que ha llevado a Luna a hombros gran parte del recorrido que ha durado hora y media



El “chorten” del que venimos queda en la ladera de enfrente. Nos empezamos a encontrar con las monjas.



Nos encontramos a la monja de mayor edad, su rostro es un mapa de arrugas. Nos mira extrañada y nos sonríe cuando la saludamos. Vive en este lugar desde hace mas de 50 años.



Dejamos atrás las casas y subimos hasta el monasterio. Nos recibe el lama del monasterio con mucha amabilidad, conoce a Jorge que siempre hace equilibrios para ayudarles de alguna forma.



Las monjas nos han preparado una mesa y nos van a obsequiar un té con leche, galletas y arroz rojo tostado. Ellas tienen muy poco pero obsequian al que llega, hay que aceptar lo que ofrecen no estaría bien rechazar.



Las monjas que nos atienden están contentas con el espectáculo que damos.

En una pequeña habitación unos monjes han venido para preparar las ofrendas hechas con una mezcla de manteca y harina de maíz a la que van dando formas

Karma hace de intérprete entre Jorge y el lama que también habla un poco de inglés. Se nota que hay aprecio entre ellos.


Algunas monjas permanecen escondidas, otras se muestran muy tímidas.

Como en otros monasterios, el momento fuerte viene cuando nos autorizan a entrar en la capilla, donde las monjas están orando y estudiando. No se puede fotografiar ni hacer vídeo,es un lugar sagrado. Hay como unas diez monjas, algunas tienen voto de silencio y se comunican entre ellas solo por gemidos y sonidos. El suelo es de una tarima ancha y gastada, en el altar numerosas figuras de Buda, ofrendas, lamparillas y un sinfín de objetos. Las miradas, los sonidos, la luz, el olor, los colores todo se junta y crea un conjunto impactante.
No vamos, tenemos media hora más de camino hasta los coches que nos esperan, carretera abajo, a 6 Km de donde nos dejaron. 






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Terminamos con un picnic al lado de la carretera


Mientras el monasterio se va escondiendo allá arriba entre las nubes



Terminamos un día maravilloso bajando 28 Km de carretera estrecha entre el bosque, en bicicleta de montaña, salvando un desnivel de 1.600 metros. No hice fotos durante los casi 35 minutos de bajada. Blanca prefirió bajar en coche.


Al final ya casi en Paro unas vistas de los campos de arroz




Y en el km 33 al alto de Chele La nos detenemos con todo el equipo de apoyo para celebrar una bajada preciosa y sin incidentes. No encontramos tráfico en contra salvo una docena de vacas, repartidas por el recorrido, que fueron convenientemente esquivadas por el personal.

Unas niñas que salen del colegio nos observaban asombradas. Todos los niños que no han visto en la bajada salían al borde de la carretera para decirnos adiós sonriendo


Definitivamente Bhutan es un lugar especial se mire por donde se mire.


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