Después de comer cruzamos el puente y empieza una visita a un Monasterio budista lamaista que nos a puesto la carne de gallina en muchos momentos. En el viven, estudian, meditan y oran 400 monjes lamas.
Antes de entrar, Karma se pone un largo pañuelo sobre su “gho” en señal de respeto, este templo es muy importante y el principal de la región de Paro.
Ni un turista, sólo algunos visitantes locales todos con el traje típico y monjes. Los edificios de los alrededores son impresionantes
Pasamos por el molino de oraciones que hay que hacer girar en el sentido del reloj. Las oraciones van escritas dentro en el mismo sentido, si se hace girar en sentido contrario se leerían al revés y seria nefasto
Giramos una puerta y vemos el patio del monasterio. Puedo asegurar que en la realidad el sitio, casi vacío de gente impresionaba.
Hacemos girar una larga fila de pequeños molinos de oración. Los pocos visitantes locales nos observan con curiosidad
Este lugar es diferente, especial, transmite buenas vibraciones, impresiona recorrerlo. Esta gente viven en otro mundo muy diferente al que conocemos.
Un monje cruza corriendo el patio, va a la oración de la tarde, quizás llega tarde.
Por todos los sitios hay rincones estéticamente perfectos a los que no puedo evitar fotografiar.
No podemos entrar a la capilla principal los monjes están rezando. Karma habla con un lama que le permite que entremos un momento al final del rezo, pero sin fotos. Esperamos en la puerta, Karma explica los murales de la entrada. Yo sigo haciendo fotos por los alrededores estoy impresionado jamás había estado en un sitio así.
Un joven monje, vende amuletos en un rincón, mira a la cámara sorprendido y me regala esta bonita foto.
Otro se asoma a una venta de la torre central del monasterio, las ventanas no tienen cristales
Blanca también se muestra sorprendida por el lugar. Me quedo impresionado de lo mayor que se ha hecho y de cómo se interesa por lo que le rodea.
Desde un balcón se ve el puente de acceso.
Un lama nos autoriza a entrar a la capilla pero no podemos hacer fotos.
Antes de entrar grabo el sonido de los rezos, guardo mi cámara, luego nos descalzamos y entramos en un lugar que jamás olvidaremos.
Vídeo: Los sonidos de oración en un monasterio lama.
La sala es grande con un ventanal al fondo que es el que provee toda la luz de la estancia, del techo cuelgan telas de colores y está decorado con pinturas. Los monjes repiten las oraciones sentados en posición de meditación, son unos 40 monjes sentados en dos filas, unos enfrente de otros, al fondo un lama de más rango sentado en un atril elevado delante del ventanal, esta rodeado de un aura de luz increíble. Nos permiten sentarnos en un suelo de madera pulida por el desgaste y observar en silencio. Impresionante, nunca olvidaré la escena, me han saltado lágrimas de los ojos y me he quedado sin respiración.
Bhutan se nos va metiendo bajo la piel, lo estamos notando día a día.
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