domingo, 17 de julio de 2011

La Diosa flotante de Chumphu

El despertador suena a las 06:15 hemos quedado a las 7:30 para salir con Jorge, Intan, Luna y una prima de Intan con su pareja que han venido a visitarles. Está lloviendo suavemente cuando vamos al desayuno.


Hoy teníamos día libre pero le dijimos a Jorge que no queríamos perder ni un solo día en Bhutan. Como hoy es domingo y tienen aquí a los familiares, Jorge ha organizado un trekk fantástico para los ocho con dos guías.  Al pasar por un pequeño pueblo el mercado ya ha comenzado, ha dejado de llover,  la suerte no deja de sonreirnos con el tiempo.


Vamos a subir a Chumphu, un pequeño monasterio del siglo VIII, se encuentra en un valle que se abrió al turismo hace solo ocho meses, un lujo. Como su apertura es reciente, no está en las visitas organizadas todavía. Jorge ha conseguido un permiso y vamos a ver algo que ha visto muy poca gente, que no sea de aquí. Estas son las cosas que tienen Bhutan y que está convirtiendo este viaje en algo diferente, ya nos parece que nunca encontraremos otro destino éste.



Después de 20 minutos de carretera, nos desviamos por una pista infernal, Karma que hoy tambien hace de chófer nos dice que es “free buthanesse masagge”.

Video sesión de "Masaje bhutanes gratuito"


Cuarenta minutos de masaje después, la pista se pone imposible, ha llovido, hay grandes baches y barro, tenemos que bajar del vehículo en los pasos más complicados.



Al final los vehículos no pasan de una trampa de barro y hay que echar pie a tierra. Por delant, dos horas y media de caminata por un valle virgen, salvando un desnivel de unos 600 metros. Vamos solos, no hay nadie más en el camino todo el valle para nosotros.




El bosque es espeso y sombrío, el río muy crecido pues estamos en temporada de lluvias, esperemos que los puentes estén en su sitio, el río baja con una fuerza que asusta.




No dejo de pensar en la suerte de haber podido venir aquí donde el primer extranjero entró en noviembre del 2010. El camino se complica de vez en cuando con zonas embarradas y pendientes fuertes.



Los puentes están en su sitio y cruzamos el río en varias ocasiones sin problemas.




Tranquilos, que por el tronco no había que pasar  :-) 

Karma, a pesar de llevar hoy una mochila grande con el picnic, no cambia su sonrisa y siempre está atento en los pasos complicados. Llevamos ya hora y media andando, el recorrido empienza a tener tintes de aventura, me gustaria saber cuántos extranjeros hemos llegado hasta aquí, desde que se abrió el valle.



Video  "El río del valle de Chumphu"


El recorrido por el bosque ya compensa la caminata, el valle es de una belleza salvaje. Nos empezamos a encontrar con gente que baja de una ceremonia que ha habido hoy, todos nos saludan y nos preguntan de dónde somos. Somos los únícos extranjeros que suben hoy y quizás los únicos en muchos dias.

La gente sube al templo vestidos de monte, llevan en la mochila sus "kira y gho" tradicionales. Se cambian para entrar en el monasterio como señal de respeto y se los quitan de nuevo para afrontar la larga bajada llena de barro. Cuando nos vamos cruzando con un grupo grande de butaneses que bajan de la ceremonia, todos sonríen, saludan y nos desean lo mejor para nuestro viaje. Esta gente es sencillmente encantadora.

Video crunzándonos con la gente que baja de una ceremonia en Chumphu


  El río ruge como un dragón en los tramos estrechos.
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Al cabo de dos horas llegamos a un “chorten” donde paramos a descansar. Hacia arriba se ve le monasterio de Chumphu, nos separa un desnivel de 300 metros, el tramo más empinado. La expedición al completo, excepto el que escribe y fotografia, posa antes de la última cuesta.


Chumphu se ve arriba, confundido con el cielo.


...pero ahora es el momento de reponer fuerzas, comentar la subida y sonreir. En este pais la sonrisa y las lágrimas de emoción, surgen con la misma facilidad.



La cuesta es muy fuerte, estamos cerca de los 3.000 metros de altitud y aunque con el bosque que nos rodea no lo parece, se nota en la respiración.


Esta misma foto cobra vida en el siguiente video que termina por motivos técnicos.


Por fin empezamos a ver el monasterio al alcance de nuestra mano. No es muy grande pero lleva aquí 1.200 años viendo pasar la historia.


Blanca llega la primera al "chorten" de entrada al monasterio y sonríe desde arriba. Al final del día recibió mi felicitación sincera por haber superado la dura jornada con una permanente sonrisa.





Una vez arriba, las casi tres horas parecen poco y nos olvidamos de los momentos duros de la subida.

En el monasterio hay un grupo de niños que no dejan de mirar y rondar a esa gente tan rara que ha llegado. Un monje los vigila, para ellos es un día de fiesta.



Como siempre lo más emocionante, queda oculto a las cámaras. En cuanto uno se quita el calzado y lo deja en la entrada, se deja también fuera la cámara. No se puede fotografiar, no se puede filmar en la parte más sagrada. La capilla es de tamaño mediano los monjes preparan ofrendas. Pero lo verdaderamente diferente de este lugar es un fenómeno extraordinario. La diosa que preside el altar está en una posición de baile apoyada sobre un solo pie “aparentemente”, pues en realidad está en el aire. Pedimos permiso para ver la figura más de cerca y nos permiten que pasemos un billete por debajo del pie y realmente está muy cerca del suelo pero no hay contacto.
El fenómeno ha hecho famoso este monasterio entre los butaneses. La figura está protegida por un cristal salvo la parte inferior. Nos cuentan que antes se podía pasar un pañuelo sujeto con las dos manos desde la cabeza a los pies y sacarlo sin necesidad de soltarlo. Desde que se abrió el valle ha venido gente a estudiarlo pero aún no hay una explicación. Salimos fuera estupefactos.



Nos permiten preparar el picnic en un porche del monasterio. Los monjes y los niños observan lo que comemos, con curiosidad pero nos cuesta que acepten probar algo de lo que llevamos, al final aceptan un plato con un surtido de nuestro picnic.



Tenemos que iniciar el regreso pero antes nos hacemos unas fotos, el lugar tienen una luz muy apropiada. Sin saber exactamente el por qué, todos estamos muy alegres hay un ambiente extremadamente agradable que no sé a qué achacar: el lugar, la diosa flotante, la altura, el paisaje de bosque hasta el horizonte, el chile que llevaba la ensalada o simplememte estar con los amigos que aprecias y que sólo vez de ciento a viento. 





Mientras, somos observados por los niños del monasterio que miran a la cámara con un descaro y profundidad que hace que el dedo se vuelva loco y no pare de disparar fotos. ¿qué pensaran estos niños de nosotros? ¿cuáles serán sus sueños?.





Está claro que no han visto muchos extranjeros en este lugar, todo el mundo nos sonrie, quiere saludarnos y hablar con nosotros. Es como el paraiso, todo la gente te transmite buenas vibraciones, te sonrie y te ayuda cuando ve que lo necesitas.



La vuelta es por el mismo camino pero esta vez cuesta abajo, nos damos cuenta de todo lo que hemos subido andando hoy. El regreso nos cuesta casi una hora menos.



Karma posa en un puente con "the boss Mr. Jorge" como le llaman en el Uma Paro Resort, es una suerte conocer a gente como ellos. ¿o no se nota que son buena gente?


Hay un puente metálico en mitad del recorrido, lo subieron hasta aqui pieza a pieza y lo montaron. El anterior de madera lo arrasaba el río con demasiada frecuencia



Ya de vuelta a donde dejamos el coche hacemos balance de los dolores musculares. El coche regresa al hotel con más caballos de los que tenia al venir.




Mañana tenemos un gran día por delante vamos a visitar, segú nos dicen, el Monasterio más importante, espectacular y bonito de Bhutan. Lo han dejado para el último día para dejarnos ya rendidos para siempre ante la belleza, la gente, y el paisaje de este "Reino Prohibido".
El monasterio del "Nido del tigre", "Tiger´s nest". No sé si voy a poder dormir esta noche.



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